Palestra Insular. Por: Manuel Avila.  La iglesia roblera                      

 La religión católica ha marcado infinitamente a los robleros que son fieles seguidores de la Virgen del Pilar su patrona y de San Judas Tadeo su Co patrono. Si iglesia colonial pertenecía a la jurisdicción eclesiástica de La Asunción y tuvo muchos problemas porque los sacerdotes venían a oficiar misa o al entierro de los difuntos cada 15 días lo que generó por años una seria problemática de atención religiosa a este pueblo. Dependió de la jurisdicción de La Asunción en la parte religiosa hasta hasta 1738 y no fue sino al año hasta 1758 cuando la parroquia de Los Robles se integró a la Parroquia Puerto Real de Pampatar por lo que siguió la situación irregular de que los sacerdotes venían al Pilar los mismos 15 días. Continuó Los Robles dependiendo de otra parroquia eclesiástica y no fue sino hasta “el 29 de octubre de 1974 cuando la Parroquia Eclesiástica de Nuestra Señora del Pilar fue creada por el Obispo Tulio Manuel Chirivella Varela” Los Robles, Datos para su historia, Rosauro Rosa Acosta. 

Al fin se había librado Los Robles de las parroquias de La Asunción y Pampatar y se rompió el yugo de una misa cada 15 días y debían los curas acudir a enterrar a los difuntos cuando fallecieran. El primer párroco de esta parroquia eclesiástica fue Carlos E Alzate L una figura muy querida por los pilarenses y que fue muy sentida su partida a Santa Ana del Norte. Después vendrían Ubernel Vallejo, Alberto Mata, Rainiel Pugliese y el actual párroco Alexis Mota. Este último ha realizado una labor extraordinaria poniendo orden en el desorden y controlando las actividades religiosas sobre las cuales tiene poder el cura de la parroquia sin que manos ajenas a la iglesia tengan acceso a imponer cosas distintas a las que establezca el párroco en comunión con la Curia Diocesana de Margarita. Había que poner orden y se hizo la ley de la iglesia que en sintonía con lo que decida el pueblo esa será realmente lo establecido para mantener el control de las actividades religiosas del pueblo que habían perdido el rumbo entre imposiciones y jugadas apartadas de lo esencialmente religioso.

De los curas roblero podemos mencionar tres que nacidos en esta tierra han logrado formación religiosa en universidades internacionales para ejercer el magisterio sacerdotal en esta población y en otras parroquias del país.

Esa distribución de los curas para las parroquias eclesiásticas son decisiones internas de los altos prelados de la iglesia que distribuyen a sus funcionarios eclesiásticos de acuerdo a las necesidades de cada población. Eso no se hace por influencias políticas, ni por familiaridad y menos usando palancas familiares destinadas a complacer peticiones de instituciones, organizaciones, ong o cualquier club cultural o deportivo de los pueblos. Por eso el error de muchos que empujan la barca hacia el puerto que quieran porque es competencia de la curia y de sus altos prelados la planificación, organización y ubicación de cada párroco en las distintas poblaciones del país.

Entre los curas robleros que han formado parte de esta porción de tierra se menciona a:

Cayetano de la Guerra, hijo de una distinguida familia roblera que tenían extensiones de tierra en La Otra Sabana y otros espacios del Valle de Los Robles. Se dice que este cura donó a las iglesias de Los Robles y El Valle de Pedro González donde tuvo hatos de cría de chivos y vacas, una cantidad importantes de imágenes religiosas y mobiliario para estas dos parroquias donde hizo vida. Entre sus gestiones más importantes fue donar al Valle de La Margarita la imagen de San Cayetano que después se trasladó a La Asunción donde se celebró por años las festividades religiosas en honor a este santo.

Otro cura roblero fue el prebistero Brígido González que es oriundo de Los Robles y nacido en esta población el 8 de octubre de 1868y que es hijo de Manuel González y Petronila Salazar. Estudio en la Escuela Episcopal de Ciudad Bolívar y fue ordenado sacerdote en 1888 y ejerció el magisterio sacerdotal en varias partes de Venezuela y realizó un gran trabajo en la Iglesia del Cristo del Buen Viaje de Pampatar donde realizó tareas importantes para la reconstrucción de ese templo tan importante para la vida religiosa insular.

El parque Prebistero Brígido González de Los Robles llevó su nombre desde 1950 y su nombre permaneció vivo en el recuerdo de los pilarenses hasta que el parque fue demolido para construir la casa de la cultura “Juan Fermín Milán” y que no solo borró la figura de Brígido González, sino la historia de los niños del pueblo, la conexión mágica entre la iglesia y el pueblo y la historia deportiva del pueblo. Pero nunca se hizo el parque que fue lo que reclamamos un grupo de robleros en aquel momento y cuyo mensaje no fue interpretado por algunos cabezas huecas de Los Robles. Tanta es la torpeza que una ignorante de esa que obtuvo un título de profesora a cuenta gotas me reclamó en una oportunidad sobre mi posición en defensa del Parque Prebistero González y la tesis de que un pueblo sin niños es un pueblo muerto.  Y es que la gente que nunca ha tenido posición sobre nada en la vida siempre vivirán prisioneras del reconcomio, las frustraciones y el odio mellizal sembrado en figuras difuminadas entre lo grotesco y lo feo.

Y el último mohicano de los oficios religiosos pilarenses fue Alejandro Rangel Jiménez, el hijo de Belkis y nieto de Facundo y Olga. La ordenación sacerdotal de éste joven diácono fue celebrada con pasión por muchos robleros y enaltecido por “100 % Robleros”, una  organización social, cultural y deportiva que se entregó a este acontecimiento religioso con la pasión de sus integrantes que tiraron cohetes, bailaron y celebraron durante meses lo que para ellos fue un acontecimiento universal enmarcado en la hipérbole latinoamericana. Con ceremonia en la Catedral de La Asunción en una ceremonia dirigida por el Obispo de la Diócesis de Margarita, Fernando Castro Aguayo, acompañado por los sacerdotes de las parroquias insulares.  Y el domingo celebró una misa en el Anfiteatro “Jesús Avila” para presentar al joven diácono a su pueblo roblero. Esa ordenación sacerdotal se realizó el domingo 3 de octubre en la Iglesia Parroquial “Nuestra Señora del Pilar donde el seminarista Rangel Jiménez fue ordenado diácono por el Obispo de Margarita Monseñor Fernando Castro Aguayo.

Los Robles celebró con pasión la graduación del nuevo diácono Alejandro Enrique Rangel Jiménez y con esa cohetería quemada por “!00% Robleros” y las fiestas patronales reeditadas en ese enero del 2023 se marcó una nueva etapa de la religiosidad en El Pilar y como dijo García Márquez al hablar de la hipérbole como recurso literario “He aprendido que el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada”.

Un comentario sobre «Palestra Insular. Por: Manuel Avila.  La iglesia roblera                      »

  1. Buen día, ene sa lista de sacerdotes robleros, se le olvida a Pedro Daniel Jiménez , hijo de Dario Jiménez, hermano de Facundo Jiménez, primo hermano de Alejandro Rangel Jiménez, por cierto Pedro Daniel falleció recientemente, fue sacerdote en Mene Mauroa…

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