La polémica reforma a la salud del Gobierno colombiano se hundió en la Comisión Séptima del Senado, donde nueve congresistas votaron a favor de una ponencia para archivar definitivamente la iniciativa y cinco lo hicieron en contra.
El resultado supone la mayor derrota legislativa sufrida por el presidente colombiano, Gustavo Petro, que había puesto en la reforma de la salud todo su capital político.
El senador Wilson Arias, de la coalición oficialista Pacto Histórico, dijo que es necesario “reconocer el debate, reconocer el resultado y empeñarnos para que desde el Gobierno se procure que no se caiga la salud de los colombianos”.
El debate
Durante una prolongada jornada de debates, la oposición expresó sus argumentos para archivar la ponencia, mientras que el Gobierno y los senadores oficialistas intentaron explicar los beneficios de la iniciativa, que el propio Petro defendió con ahínco.
El hundimiento de este proyecto de ley ocurre un día después de que el Ejecutivo interviniera por un periodo de un año a la entidad prestadora de salud (EPS) Sanitas, que tiene 5,7 millones de afiliados, por supuesta insolvencia en la crisis que enfrentan varias empresas del sector.
Esta intervención ha provocado una andanada de críticas al Gobierno por parte de políticos, expertos y gremios del sector, que consideran inoportuna la toma de control de Sanitas, de propiedad del grupo español Keralty, y la ven como una revancha anticipada por el hundimiento que se veía venir de la reforma de la salud.
“La medida se da en medio de la discusión política de la reforma la salud y su posible hundimiento y a pesar de reiteradas y múltiples solicitudes al Gobierno nacional para adoptar las acciones requeridas para conjurar la crisis del sector”, señalo la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi).
Una reforma a la salud que agonizaba
La reforma hundida había sido aprobada a finales del año pasado por la Cámara de Representantes y pasó a debates en el Senado a pesar de las numerosas críticas hechas al proyecto por asociaciones médicas y de pacientes.
El objetivo de la iniciativa era modificar el sistema de salud pública, enfocándolo más en prevención y atención primaria, incluyendo regiones alejadas donde no hay clínicas ni casi atención.
Esta iniciativa conllevaba una pérdida de poder y de gestión de las EPS, empresas privadas que manejan los recursos de los contribuyentes para ofrecer los servicios.
Sin embargo, la iniciativa muy criticada, incluso por congresistas de partidos aliados del Gobierno, como la Alianza Verde, así como por asociaciones médicas y opositores que argumentaban que no es viable desde el punto de vista fiscal y que empeorará la atención sanitaria que reciben los colombianos.
Tanto así que desde el mes pasado el proyecto agonizaba luego de que ocho de los 14 miembros de la Comisión Séptima del Senado radicaran la ponencia con la que finalmente se archivó el proyecto.
Petro advierte que hará cambios “de golpe”
El presidente colombiano, Gustavo Petro, afirmó que con el hundimiento en el Senado de su controvertido proyecto de reforma a la salud, las empresas prestadoras de ese servicio quebrarán y hará “de golpe” la transición hacia un nuevo modelo.
Petro se refirió a su peor derrota legislativa en un discurso que dio esta noche en la Gran Asamblea Nacional Cafetera, realizada en Bogotá, donde insistió que el Congreso rechazó la “concertación” que, según dijo, planteó el Gobierno para salvar de la quiebra a las entidades prestadoras de salud (EPS).
“Lo que nos está diciendo el mismo Congreso es que se quiebran las EPS, ahora nos toca resolverlo; lo que podía ser una concertación tranquila, ordenada, sin problemas, hacer la transición, ahora es de golpe”, manifestó el presidente.
El hundimiento de la reforma coincidió con la orden del Gobierno de intervenir las dos mayores EPS del país, Sanitas y Nueva EPS, que juntas tienen 16,7 millones de afiliados, argumentando malos manejos en un contexto de crisis financiera del sector.
Fracaso de una concertación
Según Petro, el proyecto original de reforma a la salud, presentado hace 14 meses, no contemplaba las EPS, “se acababan”, dijo, pero por presiones de congresistas el Gobierno aceptó “una concertación” para garantizar su continuidad pero ya no como “aseguradoras” de salud sino como “gestoras”.
“El Gobierno permite que las EPS sigan, las salvamos”, afirmó el mandatario, quien añadió que a pesar de ese cambio a la reforma, el Congreso no estuvo de acuerdo con el proyecto.
Ante los cafeteros, Petro subrayó que a “los congresistas de las EPS”, de los que dijo que fueron financiados por empresas del sector, “no les gustó” el texto de la reforma.
El mandatario agregó que, al hundir el proyecto, “las EPS quebraron” y por eso el cambio pretendido en el sistema de la salud tendrá que hacerlo “de golpe” porque, enfatizó, “lo que tenemos entre manos son vidas humanas, esto no son granos de café, que es importante, pero es más importante que son vidas humanas”.
Los comentarios del presidente despertaron el temor a que recurra a una maniobra fuera de la institucionalidad pues la intervención en Sanitas y en la Nueva EPS es interpretada por algunos expertos como un intento de aplicar por decreto lo que no pudo con el intento de reforma de la salud.
“Si Gustavo Petro y sus ministros pretenden imponer a la fuerza una reforma archivada por el Legislativo, entran de lleno en el campo del código penal, violan la Constitución y la Convención Americana de Derechos Humanos. El abuso de poder y el rompimiento de la separación de poderes son la antesala de las dictaduras”, manifestó el expresidente conservador Andrés Pastrana (1998-2002).
Por su parte, el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, señaló: “Quedamos en manos del Consejo de Estado, que debe revisar la legalidad de los actos administrativos con los que se está estatizando la salud”.
Sistema en crisis
En julio del año pasado, tanto Sanitas como otras dos grandes EPS, Sura y Compensar, le enviaron una carta al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, en la que alertaban que el sector atravesaba una crisis financiera, denunciando que estaban desfinanciadas y que el Gobierno les adeudaba servicios.
Durante el debate de hoy en la Comisión Séptima, Jaramillo reconoció que el Gobierno está preocupado por haber tenido que intervenir Sanitas.
El ministro expresó que el Gobierno hizo todo lo posible para evitar que las EPS fueran insolventes y que pudieran subsistir financieramente.
EFE